viernes, 23 de diciembre de 2011

La caja de los Tesoros

No recuerdo cuando empezó, creo que desde que echó a andar... Mi pequeña ha tenido la necesidad imparable de recoger tesoros de la calle. Se paraba en mitad de donde hubiese localizado su tesoro, se agachaba en esa postura tan peculiar y simpática que tienen los niños chiquitines y con sus delicados deditos recogía piedrecitas.



Primero fueron las piedras, luego le siguieron las hojas, palos, flores, piñas, bellotas... ¡De todo! hasta algún trozo de ladrillo.



Recuerdo que venía de la guarde con los bolsillos llenos de piedrecitas y hojas hechas añicos. Con la ilusión que me recibía para darme su precioso regalo. Así fue como empezamos juntando todas sus preciadas cositas en una caja. LA CAJA DE LOS TESOROS.
El otro día hicimos recuento, nos gusta verla de vez en cuando y oler  esa mezcla de olores de la naturaleza.

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