¿Un calendario de adviento? Ahí me dejó dándole vueltas como hacer uno fácil y rápido, la verdad tenía la esperanza de que se le olvidase, pero a la mañana siguiente me despertó con la misma idea.
Así que después de desayunar nos pusimos manos a la obra, sencillito, sencillito.
Dibuje un árbol de Navidad en una cartulina verde y le puse tantas ventanitas como días faltaban para Navidad. Aprovechando que habíamos comprado hace poco un punzón la propuse que picara las ventanas y ahí se puso ella, centrada, apretando sus labios mientras punzaba cada ventanita. Me sorprendió que las hiciera todas.
Después repasamos los bordes con rotuladores de colores, aquí si que me tocó terminarlo a mí.
Lo pegamos sobre un fondo amarillo y ya teníamos nuestro calendario de adviento.
La idea era ir a la biblioteca y recopilar cuentos de Navidad para leer uno cada noche al abrir la ventanita correspondiente pero al final escribimos nuestros cuentos favoritos.
Cada noche mi pequeña corre a abrir su ventanita para ver que cuento nos ha tocado.
Me gusta ver su ilusión, todas las noches cuenta los días que faltan para que venga Papá Noel y va nombrando los números, así que como siempre jugando aprende sin darse cuenta.
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